"El
tema de la mística es el tema de la salud. ... Tenemos que recuperar el
sentimiento de seguridad ontológica... no por la vía falaz de la
"teodicea" sino por la praxis de una superación de todo simbolismo.
... Lo místico es esta libertad vacía que arranca de la supresión de la anestesia
del lenguaje. Y de la superación de todo metalenguaje. Súbitamente, lo real se
hace real. ... Lo místico es post-lógico, no pre-lógico. Por
consiguiente, tampoco se debe confundir lo místico con el "oceánico"
inconsciente. Lo místico es lo real, inexpresable simbólicamente, allí
donde todos nos damos la mano, más allá de los lenguajes, más allá del
amor/odio. Lo místico es el mero acto de estar aquí, ahora, completo en sí
mismo", dice Cadenas (2000). No se confunda esto último con el estar aquí
-y-ahora gestáltico repetido por muchos, que resulta ser una banalización de la
experiencia búdica de la cual Perls parece haberla vivido.
Y
sigue el poeta, ya implacablemente:
"Siempre
me ha sorprendido cómo millones de personas pueden satisfacerse con el ritual
religioso. En el cristianismo, con la misa, ... todo ese aburrimiento que muy
poca significación real tiene. Todo es tan mecánico, y lo mecánico carece
de vida. Por eso no puede tocar el alma.
Entre
los fieles puede haber emoción, y la sentimos cuando está presente, pero
¿transfigura ella la vida? Esa emoción tiene valor, pero ¿es suficiente? Más
importante sería una mayor conciencia en ellos sobre sí mismos -especialmente
respecto a lo que Jung llamó la sombra- que abriría el camino hacia
mayores ahondamientos." (Cadenas, 2000)
Su
declaración sobre la presencia del "Misterio de la vida y de lo
sagrado" reverbera en ciertos recuerdos: contactos con la naturaleza,
inmersión en la voluptuosidad y mar de sentimientos de la mujer amada, lectura
de un poema que brinda una pizca, sarao de ecuaciones matemáticas que permiten
vislumbrar la tremenda bella armonía que rige al Universo, alegría u orgasmo
desbordante, ojos o palabras del hijo amado, etc., al expresar:
"Todo
es misterio, aun lo que la ciencia conoce en detalle en su orgulloso penúltimo
escalón." "Con la palabra "materia" se le da otro nombre al
misterio." "Dios es un nombre que le damos al misterio, pero no hay
modo de allegarse con nombres a lo innombrable." (Cadenas, 2000)
Esto
puede dar lugar a muchas discusiones, como nos gusta a los occidentales,
grandes razonadores y argumentadores, que desvirtuamos el legado de Sócrates y
Platón con nuestras posturas sofísticas, por cierto. Ante esto la respuesta del
poeta venezolano es contundente:
"¿Discutir
para qué? Siempre es posible encontrar argumentos para defender esto o aquello. De
lo que se trata y hay urgencia es de inquirir." "Afirmar el
misterio no tiene mayor significación. De lo que se trata es de
sentirlo y vivir bajo su gravitación magnética. ... La exploración resulta
dolorosa. Sobre todo porque hay que admitir la verdad sobre nosotros
mismos." (Cadenas, 2000). Gracias a Dios que no sólo resulta dolorosa,
sino también extasiante: plétora de goces y sentimientos de magnitudes
infinitas que desbordan al ego.
Por
eso el Buda fue sabio al defender una especia de empirismo: "Aceptad
mis palabras sólo y después de haberlas comprobado vosotros mismos; no las
aceptéis simplemente por la veneración que me profesáis", "vosotros
mismos sois los que tenéis que hacer el esfuerzo, los Budas sólo indican el
camino." (Marina, 2012) Pero seguimos en disertaciones intelectualizadas y
verborreicas que no hacen camino ya.
Tomarse
en serio esta experiencia última (la ultimidad, lo escatológico de nuestra
existencia) puede resultar un asunto ligado a nuestra evolución y
sobrevivencia. Pero las palabras de Cadenas sobre la forma
"zombiesca" en la que vivimos la espiritualidad está muy enquistada y
las instituciones occidentales no ayudan mucho al cambio. Y en la psicología
seguimos sin escuchar a Maslow y a Jung. Este último comentó:
"La
cuestión decisiva para los hombres es: ¿guarda relación con lo infinito
o no? Esto es el criterio de la vida. ...Cuanto más insiste el hombre
en una falsa posesión y cuanto menos capta lo esencial, tanto más
insatisfactoria es su vida. ...Cuando se comprende y siente que se está unido,
ya en esta vida, al infinito, cambian los deseos y actitudes. ...También en la
relación con los demás hombres es decisivo si en ellos se expresa lo infinito o
no." (Jung, 2002)
"La aventura espiritual de nuestra época consiste en la entrega de la conciencia humana a lo indeterminado e indeterminable." "La religión es una relación con el valor supremo o más poderoso, sea éste positivo o negativo." (Jung, 1949)
"Todos [los que autorrealizan su Ser], de un modo u otro, dedican su vida a la búsqueda de los valores-del-Ser, los valores últimos..." (Maslow, 1990). ¿Cuáles valores son los que buscamos en nuestra vida cotidiana? ¿Cuáles les transmitimos a las nuevas generaciones?
Pero en psicoterapia lo transpersonal insiste en el logro de su reconocimiento: "En el estado alterado de conciencia la persona tiene más opciones de la que tiene en el estado de conciencia habitual. ...Lo que estás haciendo [al inducir un estado no ordinario de consciencia] es llevar a la persona a un espacio donde tiene más opciones. ...Entonces dispone súbitamente de infinitas posibilidades." (Bandler y Grinder, 2008)
Y esas prácticas milenarias retornan, envueltas en nuevos nombres (meditación = mindfulness, atención plena, etc.).
El poeta venezolano nos regresa a nuestra cotidiana y separatista vivencia de la realidad al expresar:
"Hoy no existe una relación, aparte de la biológica, con el cosmos. El alma no participa como el cuerpo en este contacto, y así, también el cuerpo deja de sentirlo. Sobreviene entonces un embotamiento que amenaza con destruirnos." (Cadenas, 2000). ¿Y es esa vivencia, ese contacto con el Fundamento de la Existencia, lo que requerimos rescatar para salir de este "egocentrismo anárquico", este amor al caos, al maltrato, al abandono y a la ignorancia (Barroso, 2007) que cultivamos los venezolanos, dentro de nuestras alegrías cotidianas? Porque si lo que hemos intentando hasta ahora no funciona, para no seguir con la locura, hay que intentar algo distinto.
Todo esto no significa volver a estados anteriores de dogmatismos, fundamentalismos, sectarismos, irracionalismos, sentimentalismos puramente devocionales, etc. Es uno de los temores más presentes y causantes de vergüenza en la actualidad: reconocerse cultivador de la dimensión espiritual, aunque no se abandone la razón y sí se reconozcan sus límites (Marina, 2012; Cadenas, 2000), para darle prioridad a potencias experienciales que nos habitan, al hombre, desde el principio de nuestra humanidad.
"No es la pretendida razón humana, con sus límites, la que conoce a Dios, sino es el espíritu de Dios en el hombre... es la autoconciencia de Dios la que se sabe a sí misma en el saber del hombre." (Hegel, 1970)
Hoy en día muchos físico cuánticos hacen aseveraciones que bordean o se adentran en la mística. Pareciera que hay científicos ávidos de contactar la Realidad Última. ¿Lograrán hacerlo? Pudiéramos estarlo presenciando, ¿es lo que experimentó Fritjof Capra y narró en "El Tao de la Física"? ¿Cuál será el destino de las religiones tal como la conocemos y practicamos todavía? ¿Una filosofía perenne y una psicología transpersonal podrá ser fuente de nuevas experiencias que se vayan haciendo colectivas? ¿Será la física cuántica la actual y experimentable metafísica? ¿Podremos, según la experiencia de Carlos Castaneda, relacionarnos con la Existencia sin mapas mentales y sin las divisiones separatistas que encubren sectarismos ideológicos? Dejemos estos puntos para otro artículo.
Por ahora, reconozcamos que entre nosotros existe un poeta venezolano que desde su vivencia y quehacer poético nos da pequeñas perlas que tienen color a sabiduría. Y preguntémonos qué le estamos enseñando a nuestros estudiantes y a nuestro hijos y si la forma de enseñanza de estos temas está arrojando resultados positivos. Se requiere una nueva forma de acercamiento y real vivencia de la espiritualidad, de nuestra conexión con la Vida, Lo Sagrado, el Cosmos, el Mundo y la Humanidad. O como me dijo Fray Beltrán, el papa Juan Pablo mencionó que "...hemos de tener un acercamiento místico a Lo Sagrado". Esto es parte de la solución a nuestras angustias existenciales. ¿Estaremos dispuesto a hacerlo?
Wladimir Oropeza H.
Bibliografía:
- Bandler, R. y Grinder, J. (2008). De sapos a príncipes. Buenos Aires: Cuatro Vientos. P. 269.
- Barroso, M. (2007). Autoestima del venezolano. Democracia o marginalidad. (4ª ed). Caracas: Galac.
- Cadenas, Rafael (2000). Obra Entera. Poesía y prosa (1958-1995). México: FCE. Pp. 651-690.
- Hegel, G. (1970). Lecciones sobre las pruebas de la existencia de Dios. Madrid: Aguilar.
- Jung, C.G. (2002). Recuerdos, sueños, pensamientos. (4ª ed). Barcelona: Seix Barral. Pp. 380-381.
- Jung, C.G. (1949). Psicología y religión. Barcelona: Paidós. Pp. 31, 168.
- Marina, José Antonio (2012). Dictamen sobre Dios. (3ª ed). Barcelona: Anagrama. Pp. 56.
- Maslow, Abraham. (1990). La personalidad creadora. (4ª ed). Barcelona: Kairós. Pp. 69-70.
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