sábado, 8 de diciembre de 2012

SOBRE LA DIVINA INOCENCIA Y LA PELIGROSIDAD DE LA ESENCIA DE LA POESÍA

Sentencias del poeta Hölderlin sobre la Poesía (Heidegger, 1994):

I.            Hacer poesía: “Esta tarea, de todas la más inocente.”

II.            Para este fin se dio al Hombre el más peligroso de los bienes: el lenguaje, para que dé testimonio de lo que él es.”

III.            Muchas cosas ha experimentado el Hombre;
A muchas celestiales ha dado ya nombre
Desde que somos Palabra-en-diálogo
Y podemos los unos oír a los otros.”

IV.            Ponen los Poetas el fundamento de lo permanente.”

V.            Lleno está de méritos el Hombre; mas no por ellos sino por la Poesía hace de esta tierra su morada.”



Comenta Heidegger la cita Nº IV diciendo: “La Palabra del poeta es fundación no tan sólo en el sentido de donación libérrima, sino a la vez en el de firme fundamentación de nuestra realidad de verdad sobre su fundamento.” “…Comprender la esencia de la Poesía: que es la Poesía fundación del Ser por la palabra de nuestra boca…”

Respecto a la cita Nº V dice: “Que la realidad de verdad del hombre es, en su fondo, “poética”. Por poesía estamos ahora, con todo, entendiendo ese nombrar fundador de Dioses y fundador también de la esencia de las cosas.” “No es la Poesía simple y adventicio adorno de la realidad de verdad, ni transitoria exaltación espiritual, entusiasmo o entretenimiento. La Poesía es el fundamento y soporte de la historia; no una simple manifestación cultural, menos aún “expresión” del “alma de una cultura”.” “El fundamento de nuestra realidad de verdad es el diálogo, por ser éste el acontecimiento histórico por el que viene al ser el lenguaje. Mas el lenguaje primogénito es la Poesía, por ser fundación del Ser.”

En relación con la cita Nº II: “…¿Es en realidad de verdad la Poesía la más peligrosa de las obras?” Dice Heidegger: “El Poeta está expuesto a los rayos de Dios. De esto nos habla aquel poema [de Hölderlin] que es preciso reconocer como la más pura poesía de la esencia de la Poesía… Y en la última estrofa dice:”
Derecho es nuestro, de los poetas, de vosotros
los poetas, bajo las tormentas de Dios afincarnos,
desnuda la cabeza;
para así con nuestras manos, con nuestras
propias manos robar al Padre sus rayos;
robárnoslo a Él mismo;
y envuelto en cantos,
entregarlo al Pueblo, cual celeste regalo.

Y remata Heidegger: “En la Poesía … se recoge el Hombre al fundamento y fondo de su realidad de verdad” [Dasein, su Ser-determinado; su Sí-mismo, agrego yo]. “Así lo reconoce Pantea…”

[…] ser cada uno Uno mismo:
eso es la vida.

“Mas por otra parte el vocabulario poético no llega a poseer su fuerza denominativa si los Dioses mismos no nos ponen en trance de palabra. ¿Cómo hablan los Dioses?”

[…] por signos;
que desde antiguo tal es la palabra de los Dioses.

“El decir del Poeta es un sorprender estos signos para significarlos, amplificándolos, a su Pueblo.” “Así” [citando a Hölderlin]

[…] al encuentro de las tormentas
vuela audaz, cual águila, el Espíritu,
prediciendo el destino a sus dioses venideros.

“La fundación del Ser está vinculada a los signos de los Dioses. Y a la vez el vocabulario poético es tan sólo la explanación de la “voz del Pueblo”, que este nombre da Hölderlin a las leyendas por las que un Pueblo está haciendo memoria de su pertenencia al ente en su conjunto. Mas con frecuencia enmudece esta voz, y extenuada en sí misma calla; y, sobre todo, no puede de por sí sola hablar con propiedad, que para esto necesita de intérpretes de su voz.”
[Cita a Hölderlin ya finalizando]

Y sin duda,
buenas son las leyendas; pues son memorial del Altísimo;
con todo hace falta Uno que interprete las sagradas.

“Y así está la esencia de la Poesía urdida con las interconvergentes e interdivergentes leyes de los signos de los dioses y de la voz del pueblo. El poeta mismo se tiene entre aquellos, los Dioses, y éste, el Pueblo. Y es un proscrito, adscrito a este “entre”: los Dioses por un extremo y los hombres por otro. Empero, sólo y primariamente en este “entre” se decide quién es el Hombre y dónde afincará su realidad de verdad. “Poéticamente es como el hombre hace de esta tierra su morada”.
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Baste por el día de hoy estos comentarios, y yo agrego algunas remembranzas y reflexiones: Y si el decir bien-y-bellamente de los mitos no es más ni menos que declaración poética de la irrupción de Lo Divino [en sus diferentes manifestaciones o niveles del Ser] en la vida humana… Ya que ésta es la esencia del mito y que, además, es Poesía [divinidad empalabrada], entonces, ¿no es la Poesía, como desde hace tiempo lo venía sospechando, actividad mística, inocentemente desplegada, con la inocencia del Ser o del Espíritu que declara su sempiterna Esencia y manifestación en el Mundo, y que por ello es la más peligrosa al revelar el Ser del Hombre e invitarlo a que asuma su dioseidad, despertando a su Sí-mismo y a su vinculación primigenia con Lo Divino?

Los dioses nos hablan por signos, dijo el poeta. ¿Nuestra percepción está graduada para captar esos signos? Antes, entre los griegos de los tiempos de esos grandes hombres como fueron Sócrates, Platón, Aristóteles…, se consideraba el quehacer poético una suerte de manía o estado de trance, de locura divina, que luego llamaríamos experiencia mística. Y Platón, no en vano, nos dejó por escrito:

A)     Los mayores bienes nos vienen mediante la locura o manía, naturalmente por la dada cual don divino” (Fedro, 244b)
B)      “… Buscar en todas las cosas el eidos divino, a fin de adquirir vida bienaventurada en lo que nuestra naturaleza lo soporte.” (Timeo, 69a)

Rafael Cadenas nos regala una aclaratoria por parte de Salvador Pániker sobre la necesidad imperiosa de la mística, que es la siguiente:

“Nos concierne lo místico porque no podemos seguir con la desbocada agresividad del hombre desarraigado de su origen, del animal exclusivamente simbólico. Terroristas, ideólogos, fanáticos de todo pelaje, son el síntoma de este déficit de mística que genera la ansiedad propia del animal exclusivamente simbólico. El tema de la mística es el tema de la salud
…Lo místico es lo real, inexpresable simbólicamente, allí donde todos nos damos la mano, más allá de los lenguajes, más allá del amor/odio. Lo místico es el mero acto de estar aquí, ahora, completo en sí mismo, deshecho ese perpetuo tic que tenemos de ir a buscar la realidad en otra parte: proyectos, planes, o nostalgias.”

¡Lástima que para Ser políticos o esotras profesiones que tienen tanto impacto en la planificación de lo social, no se requiera el cultivo de la poesía como se ha caracterizado acá en sus pretensiones primeras o últimas! ¿Qué político o ideólogo estaría dispuesto a asumir hasta las últimas consecuencias de su Esencia, entre ellas la patencia de la Luz y las tinieblas que lo habitan, y al Pueblo mismo?

En sus comentarios a los comentarios de Heidegger, García Bacca termina diciendo: “Poetizar es nombrar una palabra para el oficio de hablar del Ser, inventarle a un vulgar y físico sonido el oficio de hablar del Ser”. Por ende, poetizar [que no es sólo componer versos] es actividad metafísica y antropológicamente liberadora que busca develar la emergencia suprasimbólica de la Autoconciencia del Espíritu del Hombre y del Mundo, que nos desnuda de los condicionamientos socioculturales y revela nuestra Esencia, esa Realidad extrasimbólica nuestra donde todos somos Uno y podemos Ser-nos más allá de ese círculo de amor/odio en el que, consciente o inconscientemente, estamos anudados como sujetos y como Pueblo.

Wladimir Oropeza Hernández

Bibliografía:

  • Cadenas, R. (1998). Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística. (2ª ed). Caracas: Fondo Editorial de Humanidades y Educación, UCV.
  • Heidegger, M. (1994). Hólderlin y la esencia de la poesía. Barcelona: Anthropos. Traducción y comentarios de Juan David García Bacca.
  • Platón (1980). Obras completas. (12 tomos). Caracas: Coedición de la Presidencia de la República y la Universidad Central de Venezuela. Traducción, prólogo, notas y clave hermenéutica de Juan David García Bacca.

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