jueves, 10 de marzo de 2011

La actitud justa para afrontar las adversidades

Muchas veces atravesamos circunstancias difíciles: de salud, económicas, sentimentales, familiares, laborales, espirituales... Y generalmente no nos detenemos a concientizar si nuestra actitud ante la adversidad es la más justa para con nosotros mismos, si es la más coherente en relación con lo que queremos obtener. Y ocurre muchas veces que pensamos: "¡Dios (o como llames a Lo Supremo) no me escucha!", cuando más bien es que no estamos ubicados en sostener un diálogo desde nuestra Alma o Psique. Y entonces, ¿cómo vamos a pretender que se nos escuche, si no hablamos u oramos desde lo más profundo de nosotros, en conexión con nuestro Ser?
Les presento un pequeño escrito de La Madre, una discípula del Maestro Sri Aurobindo, quien nos habla sobre esta actitud justa.


Wladimir Oropeza H.
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Si, en presencia de circunstancias que van a desarrollarse, puedes adoptar la actitud más elevada posible, es decir si ponéis vuestra consciencia en contacto con la consciencia más elevada a la que tengáis acceso, podéis estar seguros que os sucederá, en este caso, lo mejor que os puede llegar a suceder. Pero tan pronto volvéis a caer de esta consciencia a un estado inferior, entonces lo que os suceda, evidentemente, no será lo mejor que os pudiera suceder, por la simple razón de que no estáis en vuestro mejor estado de consciencia… Incluso podría afirmar que en la zona de influencia inmediata de cada uno, la actitud justa no solamente tiene el poder de hacer que todas las circunstancias vayan a su favor, sino que hasta puede hacer que las mismas circunstancias cambien. Por ejemplo, si un individuo viene para mataros y permanecéis en la consciencia ordinaria, si tenéis miedo y perdéis la cabeza, seguramente logrará su propósito. Si eleváis un poco más arriba vuestra consciencia y, a pesar de vuestro miedo, apeláis a la ayuda divina, puede que este hombre no os alcance o sólo os hiera ligeramente. Pero si mantenéis la actitud justa y la plena consciencia de la presencia divina por todas partes a vuestro alrededor, no podrá siquiera levantar un dedo contra vosotros.
He visto innumerables ejemplos del poder de la actitud justa. He visto muchedumbres salvarse de una catástrofe porque una sola persona mantenía la actitud justa. Pero esta actitud justa no debe quedarse en lo alto mientras el resto del cuerpo es abandonado a sus reacciones habituales. Si permanecéis en las alturas diciendo: “Que se haga la voluntad de Dios”, os arriesgáis a que os maten, porque vuestro cuerpo que está temblando de miedo no es quizás del todo divino. Hay que poder mantener la consciencia verdadera hasta en el propio cuerpo y no tener el menor miedo, hay que estar lleno de la paz divina. Entonces, verdaderamente, no hay peligro. No sólo podréis parar los ataques de los hombres, también podréis actuar sobre los animales e incluso sobre los elementos.

La Madre
Suplemento Sri Aurobindo, Marzo 2011


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