Entre el vivir y el soñar
hay una tercera cosa.
Adivínala.
Antonio Machado
Hoy en día se ha
puesto en el tapete el tema de los sueños, yendo su significación desde los
puros deseos del ego, ese núcleo de conciencia nuestro de la 3D, de
nuestra Personalidad o Yo psicocorporal, los cuales con frecuencia están
signados por los valores socioculturales: en nuestro caso, por el consumismo
occidental. Ansiamos, sobre todo, tener bienes materiales (casa, carro, yate,
etc.) y/o vivir lo que Seligman desde la Psicología Positiva llama "la
vida placentera", centrada en generar emociones positivas desde una actitud
hedónica, como cuando comemos un plato que consideramos suculento, un
helado, escuchamos música, viajamos, deleitando a los sentidos y a nuestra
emocionalidad con actividades de este tipo, entre otras.
Estos son
aspectos positivos, porque contribuyen a incrementar en cierto grado los
niveles de felicidad, como se ha evidenciado, pero en un estrecho margen,
llegando a un punto en el cual la curva de crecimiento de la satisfacción vital
llega a un tope. Además, hay elementos vitales de esta "vida
placentera" que implican satisfacer las necesidades de los dos primeros
escalones de la Pirámide de Necesidades de Maslow y que son importantes, al superar "estados
de pobreza" (físico. emocional, mental...), que sí tienden a tener un
alto grado de correlación con la infelicidad.
Tras el vivir y el soñar,
está lo que más importa:
despertar.
Antonio Machado
La felicidad se
incrementa significativamente cuando, de acuerdo a la Psicología Positiva,
despertamos a la "vida comprometida" y la "vida
Significativa", las que más agregan valor a la "Vida Plena"
(que engloba a las tres "vidas" mencionadas) o "Bienestar
Psicológico Subjetivo" como lo llaman otros psicólogos, comenzando a
satisfacer necesidades de rango medio y superior de la Pirámide de Necesidades
de Maslow. Este despertar a la "vida comprometida" consiste en
concientizar y cultivar nuestras capacidades o "talentos",
cultivándolos al inyectarles "conocimientos" y "destrezas",
para transformarlos con estos elementos y una "práctica disciplinada"
en "fortalezas" que, al aplicarlas en funciones laborales o
profesiones adecuadas o propicias, vehiculizan las virtudes de nuestra Personalidad y
nuestra Alma. Se llama comprometida porque implica una dedicación
congruente en actividades apasionantes que nos permiten
experimentar "experiencias óptimas" (llamadas de flujo -flow-)
altamente gratificante, de ensimismamiento (hasta el punto de perder la
noción de tiempo y a veces del espacio) y que en su grado máximo coinciden con
experiencias místicas (cuando perdemos noción del ego y entramos en una campo
de conciencia fluyendo con un Todo mayor).
Si vivir es bueno,
es mejor soñar,
y mejor que todo,
madre, despertar.
Antonio Machado
Y mejor aún es
"despertar" al nivel superior de la "necesidad de crecimiento"
o metamotivación de la Pirámide de Maslow, llamado "autorrealización"
(a la que posteriormente agregó un nivel superior de "autotrascendencia").
La autorrealización implica despertar a un nivel de "campo energético
espiritual", el Ser donde subyacen nuestras potencialidades
psicoespirituales en espera de materialización (llevar el Cielo a la
Tierra): en ese espacio de "infinitas posibilidades"
conectamos con talentos superiores y Valores-del-Ser que
conllevan el entrar en procesos evolutivos, con cuyos recursos es propicia la
ocasión de iluminar nuestra "Sombra" o lado inconsciente (donde se
encuentran aspectos de nuestro ego o yo inferior que generan inercia o
resistencia al cambio, e incluso algunos se oponen a ello) para superar las
propias barreras psicológicas, actitudinales y energéticas inerciales.
Este ingreso en estos
niveles con frecuencia conllevan la revisión de nuestra identidad y
el contactar con una identidad más profunda, descubriendo núcleos de conciencia
en nosotros más internos, que tradicionalmente hemos llamado Alma,
uno, o Espíritu, otro más profundo todavía. Podemos experimentar la Voz de
nuestra Consciencia más profunda, el Llamado (Vocación)
a un tipo de actividad o vida particular, trazando una Misión-Visión de
carácter trascendente, dando curso a la "vida significativa":
llevar una vida centrada en la realización de los talentos de nuestro Espíritu
y las Virtudes de nuestra Alma, a través de las Fortalezas de nuestra
Personalidad, en función de una Misión de Vida ("Sueño") que va más
allá de nuestro Ego y nos conecta a un Todo mayor para prestar un "servicio"
focalizado o multidimensional, sea la familia, la comunidad o sociedad, la
nación, el planeta, el cosmos, Dios... Recordando que este servicio ha
de iniciar por ti mismo desde tu Sí-mismo: brindarte lo mejor de ti a ti
mismo, creciendo en Amor, Sabiduría y Poder de Realización, manifestando los
dones o talentos que "El Campo Cuántico de Consciencia Transpersonal"
o Dios nos ha brindado (en nuestro Ser) para que los sembremos y obtengamos una
cosecha placentera, gratificante y significativa, para cada uno de nosotros y
los demás, en función del Sueño o Querer más profundo, el de nuestro
Corazón o nuestra Alma.
¿Con qué nos
levantamos todas las mañanas en la mente y en nuestro Corazón? ¿Qué realizamos
en nuestro día a día? ¿Solamente los deseos socioculturales del ego? ¿O estos y
más allá: los Sueños de nuestra Alma y el Propósito de
nuestro Ser? ¿Qué promovemos en nuestra orientaciones: el seguir
dormidos dentro del consumismo sociocultural solamente o además el despertar a
los Valores-del-Ser, a las Virtudes y Talentos superiores de nuestro Ser?